Hace poco recibimos una visita sorpresa. Al parecer, un peregrino llamado Marcelino llegó a nuestras clases despistado por el trayecto marcado con unas flechas amarillas en el suelo. Iba vestido de forma muy rara, apoyado sobre un bordón y una calabaza.
Una vez en nuestras aulas, nos explicó qué era aquello del Camino y quiénes eran los peregrinos, los de ahora y los de antaño, y nos obsequió con un bordón personalizado invitándonos a recorrer alguna etapa.
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