Uno de los artistas que no pueden faltar en una función de circo es el mago.
En las clases de 3 años pedimos a nuestros alumnos que nos ayudasen a convertir un conejo de peluche en uno de verdad. El primer intento no fue muy exitoso... ¡hicimos aparecer un erizo! Nuestro pobre profesor David tuvo que utilizar unos guantes para sacarlo de la caja mágica. A continuación nos concentramos un poco más y encontramos la ayuda que nos brindó la preciada varita mágica. ¡Esta vez sí que lo logramos!
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